I my Blog.

Querido lector: Si le gustan las películas llenas de conejos cantantes, naves espaciales explosivas, o alegres animadoras está en el blog equivocado. Este blog es extremadamente alarmante, una expresión que aquí siginifica "un chico raro y su mirada citrica e irracional de este mundo, con sangre, tripas e insultos en cada entrada" Pero ustedes son totalmente libres de buscar en el siguiente blog un entretenimiento más liviano, como un capitulo de los pitufos o algo asi.

Hombre y superhombre.


OCTAVIUS. - ¡Qué importa, si la esclavitud nos hace felices!
TANNER. - No importa si no tienes un propósito tuyo y eres, como la mayoría de los hombres, simplemente el que gana el pan. Pero tú eres un artista, es decir, tienes un propósito tan absorbente y tan inescrupuloso como el de la mujer.
OCTAVIUS. - No es inescrupuloso.
TANNER. - Muy inescrupuloso. El verdadero artista dejará que su mujer pase hambre, que sus hijos anden descalzos, que su madre se gane duramente la vida a los setenta años, antes que trabajar en algo que no sea su arte. Con las mujeres es medio vivisector, medio vampiro. Entra en relaciones íntimas con ellas para estudiarlas, para quitarles la máscara de los convencionalismos, para sorprender sus más íntimos secretos, sabiendo que tienen el poder de despertar su energía creadora más profunda,de salvarle de la fría razón, de hacerle ver visiones y soñar despierto, de inspirarle, como dice el. Convence a las mujeres de que pueden hacerlo para sus fines, cuando en realidad no piensa más que en los propios. Roba leche materna y la ennegrece para hacer tinta de imprenta con la cual se burla de la madre y glorifica a las mujeres ideales. Finge que le evita los dolores del parto, para guardarse para sí la ternura y los cuidados que pertenecen a sus hijos. Desde que existe el matrimonio, se sabe que el gran artista es mal marido. Pero es algo peor: es un ladrón de niños, una sanguijuela, un hipócrita y un estafador. Que perezca la raza y perezcan con ella mil mujeres, con tal de que ese sacrificio le permita representar mejor a Hamlet, pintar un cuadro mejor, escribir un poema más exquisito, una comedia más brillante, una filosofía más profunda. Porque tenlo en cuenta, Tavy: la tarea del artista consiste en mostrarnos a nosotros mismos tal como somos. Nuestra inteligencia no es nada más que ese conocimiento de nosotros mismos; y quien añade algo de ese conocimiento crea una nueva inteligencia con tanta seguridad como una mujer crea un ser nuevo. En la furia de la creación, el artista es tan implacable como la mujer, tan peligroso para ella como ella para el, y tan horriblemente fascinante. Entre todas las luchas no hay ninguna tan traidora y tan cruel como la lucha entre el hombre artista y la mujer madre. Lo que se ventila entre ellos es: ¿quién utilizará al otro? Y es una lucha a muerte, porque, para decirlo en tu romántica jerigonza, se aman.

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